Apologia a mi locura

Ya me lo han hecho saber muchos: esta cruzada les parece una locura, una muy fome humorada, una tontería sin sentido, un producto del ocio veraniego. Lo se. Yo hubiese pensado igual hace una semana, antes de perder a mi apodo. Y antes caer en el inevitable cliché del “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, lo haré al revés: les contaré lo que realmente me tiene tan perturbado.

Esta es la historia de por qué busqué tener un apodo.

Etimológicamente, el nombre Axel (por si no sabían me presento, soy Axel) es la germanización del nombre hebreo Absalón, que significa “Mi padre es la paz”. De partida eso ya es como para darte vuelta la cabeza porque tu PADRE, el modelo masculino a seguir es LA PAZ… LA… PAZ. No es que sea machista ni nada por el estilo, pero si mi padre es LA PAZ, una de dos: desde el origen fui adoptado por una pareja lesbiana, o bien… mi madre es “EL algo”… Mejor no sigo hablando porque quizás a que tipo de perversiones ilegales lleguemos.

Pero bueno, salvando al etimología, mi infancia, es época en al que a uno lo apodan por su nombre con algo simpático o bien, solo acortándoles el nombre simplemente no existió por dos motivos: el 90% de las referencias a mi nombre eran gracias a un conocido desodorante, lo cual no es simpático… y mi nombre ya es de 2 sílabas, por lo que acortarlo era difícil.

O lo otro era este diálogo, que debo haber escuchado 900 veces…
-Hola, ¿como te llamas?
-Axel
-¡Ahh!, WENA AXL ROSES!!!

Axl Roses. Cuando uno todavía era muy chico y le daba miedo ver MTV (cuando daba miedo… bueno, ahora también pero por otros motivos). Recién este año me atrevía a escuchar Sweet Child of Mine.

Y en la medida que seguí creciendo, en mi adolescencia, esa etapa en que uno busca la identidad y descubre por qué hay canales como el I-Sat, uno va descubriendo que ser Axel no es muy fácil, en un mundo que, a pesar de que supuestamente soy el hijo de “LA PAZ”, se nos tilda de violentos sin sentido.

Referencias de ello hay plagadas en el mundo de los videojuegos, que es donde más me manejo.

En juegos de peleas, puf, está plagado. En Guilty Gear está Axl Low; en Fatal Fury, Axel Hawk; en Streets of Rage está Axel Stone. Por mencionar algunos.


También hay un enemigo en los Final Fight que se llama Axel, un conductor de taxis loco en “Crazi Taxi” que se llama Axel, un “Dark Hero” llamado Axel en el Disgaea 2, un auto de combate del Twisted Metal que no le pudieron poner otro nombre que no fuera Axel, o ¿el villano del Ape Scape: Million Monkeys?: Axel Dark Key, junto con un personaje de la serie Megaman X y un jefe del Megaman X5 llamado Axle the Red.

Bueno, ¿significa que debo dejar mi llamado al camino de la paz? Un momento. Porque si esos son personajes, y varios, esto realmente me mató. Porque no bastando con todos esos tipos que se pelean a patadas hasta en al fila para el banco, resulta que hay un JUEGO COMPLETO llamado Axel.

Y no, no se trata de un simulador de ejecuciones barbáricas. No, es un juego cristiano.



Ese monito celeste que ven ahí… el es Axel. Y mientras se divierte en 15 minijuegos diferentes, al final Axel entenderá que –extraído del sitio oficial- “Jesús es el creador de la diversión”.

Eso me ayudó a darme cuenta que por el lado de los videojuegos la cosa no estaba muy clara. Probemos con la música entonces.

Ya algo les adelanté con Axl Roses. Pero hay un lado más oscuro, aun. Hay una CANCIÓN con mi nombre. La canción de una película.

¿Creen que es la de una película de Scorsese, Oliver Stone, Kubrick o alguna obra de cine arte finlandesa-noruega? No. Es de la banda sonora de “Un policía suelto en Beverly Hills”

Según tengo entendido, al F es de Foley, porque uno de los personajes de la película se llama Axel Foley.

¿Y que tal la canción? Bueno, es una pieza de electrónica ultra ochentena, sin un trozo de letra que pueda decir aunque sea “hola como estás”? No, nada, solo una melodía con la que podría hacerse un show en el Pagano. Bueno, aquí les va para que no sigan mis palabras. Las de un tipo con el nombre una canción de Eddie Murphy.



¿Saben que es lo más triste de todo? Que la canción no la conocí por al película, por si no se dieron cuenta, sino por un remix lanzado hace unos 2 años. Pero este remix no es cualquiera, tiene la particularidad de haber lanzado al estrellato a uno de los seres más despreciables de la última década, un invento digital sin sentido, pero que igual vende: el Crazy Frog.

Sí, la verdadera razón por la cual me vi obligado a encontrarme con Crazy Frog, era por la incesante sonadera de esa canción, llamada “Axel F”. ¡QUE DEMONIOS! Sin quererlo estaba ayudando, desde mi carné de ¿identidad? al éxito de esa basura vomitiva llena de desperdicios infrahumanos espectrales y adefesios malhechos llamados canciones solo porque se escuchan en el Winamp.

Acá el video… Si igual lo has bailado. Si tan mala no esta… tu tu tururutu tu…



Bueno, de todas formas no todo es tan malo en el mundo de Axel. Un par de cosas se mantienen en el límite de lo bizarro y lo simpaticón.

Hay un salto en el patinaje artístico llamado el Axel, con sus variaciones, como el medio Axel, el Axel de un pie, el Axel abierto, el Axel hacia adentro… mejor no sigo.

También hay aportes al arte, como el autor noruego Axel Jensen, el escritor de canciones Krister Axel, en incluso hay una obra de Auguste Villiers de l'Isle-Adam (¿?) llamada (sí, lo adivinó) Axel.

Pero la que se lleva todos los premios es Holanda. Mi selección favorita en el fútbol tiene quizás la utilización más particular de un nombre tan bipolar y esquizofrénico. Claro, no podíamos esperar menos del país del barrio rojo y las drogas legales.

En Holanda hay, escuche bien, UN PUEBLO llamado Axel.
Axel, pertenece a la municipalidad de Terneuzen, en la provincia de Zeeland. Recibió su condición de ciudad en 1213 (es decir, Axel es mayor que Chile). Según el último censo, de 2001, en Axel habitan 7421 personas y hasta el 2003 era un municipio aparte.



Sus coordenadas son 51°16′N 3°55′E, por si les interesa ir a Axel con su GPS.

Al final de este recorrido introspectivo espero que hayan captado el mensaje: siendo un Axel solo soy una contradictoria mezcla de sensaciones, confusiones e incluso violencia injustificada. Mi identidad se mezcla con la imagen que tiene el mundo hacia los Axeles. En los últimos años he tenido que lidiar con la figura del economista Axel Christiansen, quien no sólo comparte mi nombre, sino mi apellido, y gracias al cual me han llegado correos incluso de Las Últimas Noticias.

Es por eso que con mi nick, mi único apodo, he podido desdoblarme y hacer un montón de cosas locas y choriflai que de otra forma habrían pasado por el drenaje. Sí, lo se, me estoy volviendo insano, de atar, pero no me importa. Yo no soy sin ser con mi apodo.

Esto dejo de ser un juego, es la batalla por reencontrarme con mi ser mismo personal del interior mío. Quien sea que se haya llevado mi nick por todo este tiempo, las va a pagar. Y sin vuelto.

PD: GRACIAS, pero muchas GRACIAS Wikipedia.